Hace más de 2 años que no escribo y hace más de uno que estoy fuera de España.
En este tiempo mi vida personal ha sido un autentico remolino de experiencias buenas, malas y regulares. Tal vez ahora mismo las malas y regulares parezcan pesar más que las buenas pero, como buen observador, se que debo ganar altura y perspectiva para poder dar un juicio objetivo sobre mi propia vida.
De esa parte positiva que veo está la experiencia personal y profesional que me da haber vivido en un país árabe y en estar actualmente residiendo en Estados Unidos de América y junto a la frontera con México (o como nos gusta escribir a los españoles, Méjico).
Pues en esta segunda etapa del blog, me gustaría hablar de proyectos que han funcionado en otros países y que podrían funcionar en nuestra Córdoba. Si de paso con esos artículos consigo dar alguna idea a nuestros emprendedores, pues doblemente mejor.
Me entristece un poco ver que, precisamente hoy, el Diario Córdoba trae noticias que hablaba hace 2 años (parada del AVE en Villanueva y Variante de Porcelanosa). ¿acaso se ha parado el tiempo en nuestra ciudad? esto es inaceptable y la ciudad entera debería movilizarse. Teruel existe, y Córdoba también. No somos solo un punto en el camino entre Madrid y Sevilla o Málaga, somos más de 330.000 ciudadanos que queremos disfrutar de los mismos derechos que el resto de vecinos, ya que a la hora de pagar impuestos no se nos hace rebaja alguna por continuar sin red de cercanías, o por seguir tanto años después sin conectar el puente de Andalucía con la A4, por poner unos ejemplos.
Recientemente pude disfrutar de unos días por Córdoba y comprobé que más allá de las cifras oficiales de paro y economía, la crisis está instalada en la gente, en su mente y sus corazones. En estos 14 meses que llevo fuera, he conocido 2 países que tienen la etiqueta de primer mundo: Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
En el primero, no hay paro ni pobreza, claro, porque los que se quedan sin trabajo son los extranjeros y automáticamente son devueltos a su país. Y los sitios donde vive la mano de obra es más allá de los polígonos industriales y no tienen permitido salir de allí para nada. Si necesitan médicos o cualquier otro servicio solo tienen que pedirlo y acudirán, pero ellos no pueden ir a las ciudades.
En el segundo la cosa es diferente. El desequilibrio entre las capas sociales es el triple del que pueda encontrarse en España. La asistencia sanitaria publica no existe (eso se sabe), pero es que con el seguro sanitario normal, una consulta al pediatra te puede salir por 300$ o un dentista por 900$ (limpieza y poco más). La calidad de la vivienda deja muchísimo que desear (paredes que parecen de cartón) y se te mide por tu historial de crédito (pobre del que deje sin pagar un recibo de lo que sea).
De un estado a otro cambian leyes, regulaciones y hasta el carnet de conducir y se te exige rematricular tu coche y sacarte el carnet del estado en el que estés trabajando (lo cual puede suponer que debas cambiar de licencia de conducir varias veces al año).
Cuando estuve en la capital califal vi lo que tenemos y automáticamente me puse a comparar (sin duda es un acto reflejo que te viene cuando sales de casa o cuando regresas a ella tras un tiempo lejos) y realmente no esta la ciudad tan mal.
Empezando por el entorno ambiental y climático, ni punto de comparación con el sur de California o con la peninsula arábiga. Por mucho calor que haga en Córdoba en verano, nada que ver con esta zonas desérticas. El valor de nuestra sierra o la tipología de la fauna presente hace que la vida en Córdoba tenga más calidad. (la presencia de escorpiones, viudas negras, serpientes de cascabel o un lagarto llamado monstruo de Gila cuya mordedura no tiene antídoto alguno hace peligroso hasta el trabajo diario o el sentarte cómodamente a ver la televisión en tu propia casa).
Las últimas lluvias trajeron una plaga de mosquitos que transmiten una enfermedad llamada fiebre del Nilo oeste (o algo así). Yo tuve fiebre pero nada más. Otro paisano cordobés que trabaja en mi mismo proyecto termino en urgencias con media cara inflamada de la picadura de los moscos (como dicen al otro lado de la frontera). Todavía no recuerdo que un mosquito llevara a un conocido al Reina Sofía.
Aqui la unica manera de transporte rápido pasa por coger un avión, el ferrocarril en la mayoría del país es solo para mercancías y resulta llamativo que las ciudades sigan partidas por las lineas ferroviarias (hace 20 años que Córdoba soterró sus vías en el centro).
En fin, que la crisis en nuestra ciudad debería poder superarse con trabajo y esfuerzo, pero no olvidemos que en Córdoba tenemos todas las herramientas para salir cuando queramos. Y si el crédito es una limitación significará que hay un nicho de mercado para un banco dispuesto a hacer las cosas de otra manera. Habrá hueco para una empresa dispuesta a conseguir inversores locales siempre que sus ideas de negocio sean buenas.
Mucho ánimo a los que os habéis quedado en la ciudad y mucho ánimo también a los que habéis emigrado y con vuestro trabajo mandáis capital a la ciudad. Ha llegado el momento de mirar más allá de nuestras fronteras para conseguir clientes para nuestros productos.
En este tiempo mi vida personal ha sido un autentico remolino de experiencias buenas, malas y regulares. Tal vez ahora mismo las malas y regulares parezcan pesar más que las buenas pero, como buen observador, se que debo ganar altura y perspectiva para poder dar un juicio objetivo sobre mi propia vida.
De esa parte positiva que veo está la experiencia personal y profesional que me da haber vivido en un país árabe y en estar actualmente residiendo en Estados Unidos de América y junto a la frontera con México (o como nos gusta escribir a los españoles, Méjico).
Pues en esta segunda etapa del blog, me gustaría hablar de proyectos que han funcionado en otros países y que podrían funcionar en nuestra Córdoba. Si de paso con esos artículos consigo dar alguna idea a nuestros emprendedores, pues doblemente mejor.
Me entristece un poco ver que, precisamente hoy, el Diario Córdoba trae noticias que hablaba hace 2 años (parada del AVE en Villanueva y Variante de Porcelanosa). ¿acaso se ha parado el tiempo en nuestra ciudad? esto es inaceptable y la ciudad entera debería movilizarse. Teruel existe, y Córdoba también. No somos solo un punto en el camino entre Madrid y Sevilla o Málaga, somos más de 330.000 ciudadanos que queremos disfrutar de los mismos derechos que el resto de vecinos, ya que a la hora de pagar impuestos no se nos hace rebaja alguna por continuar sin red de cercanías, o por seguir tanto años después sin conectar el puente de Andalucía con la A4, por poner unos ejemplos.
Recientemente pude disfrutar de unos días por Córdoba y comprobé que más allá de las cifras oficiales de paro y economía, la crisis está instalada en la gente, en su mente y sus corazones. En estos 14 meses que llevo fuera, he conocido 2 países que tienen la etiqueta de primer mundo: Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
En el primero, no hay paro ni pobreza, claro, porque los que se quedan sin trabajo son los extranjeros y automáticamente son devueltos a su país. Y los sitios donde vive la mano de obra es más allá de los polígonos industriales y no tienen permitido salir de allí para nada. Si necesitan médicos o cualquier otro servicio solo tienen que pedirlo y acudirán, pero ellos no pueden ir a las ciudades.
En el segundo la cosa es diferente. El desequilibrio entre las capas sociales es el triple del que pueda encontrarse en España. La asistencia sanitaria publica no existe (eso se sabe), pero es que con el seguro sanitario normal, una consulta al pediatra te puede salir por 300$ o un dentista por 900$ (limpieza y poco más). La calidad de la vivienda deja muchísimo que desear (paredes que parecen de cartón) y se te mide por tu historial de crédito (pobre del que deje sin pagar un recibo de lo que sea).
De un estado a otro cambian leyes, regulaciones y hasta el carnet de conducir y se te exige rematricular tu coche y sacarte el carnet del estado en el que estés trabajando (lo cual puede suponer que debas cambiar de licencia de conducir varias veces al año).
Cuando estuve en la capital califal vi lo que tenemos y automáticamente me puse a comparar (sin duda es un acto reflejo que te viene cuando sales de casa o cuando regresas a ella tras un tiempo lejos) y realmente no esta la ciudad tan mal.
Empezando por el entorno ambiental y climático, ni punto de comparación con el sur de California o con la peninsula arábiga. Por mucho calor que haga en Córdoba en verano, nada que ver con esta zonas desérticas. El valor de nuestra sierra o la tipología de la fauna presente hace que la vida en Córdoba tenga más calidad. (la presencia de escorpiones, viudas negras, serpientes de cascabel o un lagarto llamado monstruo de Gila cuya mordedura no tiene antídoto alguno hace peligroso hasta el trabajo diario o el sentarte cómodamente a ver la televisión en tu propia casa).
Las últimas lluvias trajeron una plaga de mosquitos que transmiten una enfermedad llamada fiebre del Nilo oeste (o algo así). Yo tuve fiebre pero nada más. Otro paisano cordobés que trabaja en mi mismo proyecto termino en urgencias con media cara inflamada de la picadura de los moscos (como dicen al otro lado de la frontera). Todavía no recuerdo que un mosquito llevara a un conocido al Reina Sofía.
Aqui la unica manera de transporte rápido pasa por coger un avión, el ferrocarril en la mayoría del país es solo para mercancías y resulta llamativo que las ciudades sigan partidas por las lineas ferroviarias (hace 20 años que Córdoba soterró sus vías en el centro).
En fin, que la crisis en nuestra ciudad debería poder superarse con trabajo y esfuerzo, pero no olvidemos que en Córdoba tenemos todas las herramientas para salir cuando queramos. Y si el crédito es una limitación significará que hay un nicho de mercado para un banco dispuesto a hacer las cosas de otra manera. Habrá hueco para una empresa dispuesta a conseguir inversores locales siempre que sus ideas de negocio sean buenas.
Mucho ánimo a los que os habéis quedado en la ciudad y mucho ánimo también a los que habéis emigrado y con vuestro trabajo mandáis capital a la ciudad. Ha llegado el momento de mirar más allá de nuestras fronteras para conseguir clientes para nuestros productos.
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