miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cuando los intereses ciegan el criterio

Con el próximo cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos) se intenta reabrir el debate sobre la energía nuclear por parte de los sectores implicados (que no en la sociedad, pues con las cifras de paro y los problemas para llegar a fin de mes, bastante poco nos interesa la energía nuclear).

Me llama la atención como personas con formación técnica intentan defender los intereses de su sector a base de criticar a la competencia.
En este caso nos encontramos un artículo de un señor que ostenta el cargo de Director Honorario del Proyecto de la Central Nuclear de Almaraz.
Su artículo lo tenéis disponible en El Imparcial y se titula "Las Desventajas de la Energía Eólica"

Desde el título ya encontramos la posición de este señor y su imparcialidad en el asunto. Para nada habla como técnico, sino como persona cuyo puesto (remunerado o no) depende del sector que pretende defender con críticas al contrario.

Entre las afirmaciones más llamativas está la siguiente:
"Hay que considerar también los efectos estéticos, el sonido emitido por las máquinas y la interferencia electromagnética"

Simplemente me parece una falta total de rigurosidad técnica comparar las emisiones sonoras, electromagnéticas y de impacto estético de uno o diez parques de aerogeneradores con su equivalente de una central nuclear además de las instalaciones necesarias (como si los generadores de las centrales nucleares no generasen campos electromagnéticos, o como si una instalación nuclear no generase ruido o impacto visual, además de todos los vinculados a la actividad minera del uranio, de concentración del combustible y tratamiento de los residuos durante toda su vida radiactiva).

Habla de las centrales nucleares de Francia, pero no comenta que nuestros vecinos galos son propietarios de la tecnología por lo que su economía también se beneficia del montaje de centrales nucleares en otros paises, pero España tiene una tecnología eólica que exporta a muchos paises, y que sin duda también tiene beneficios más allá de los medioambientales.

Como todo en esta vida tiene su lado positivo y su lado negativo, en este caso tenemos la variabilidad en la producción, pero para gestionar esa variabilidad tenemos centrales hidroeléctricas de bombeo que nos permiten aprovechar el exceso de producción y utilizarla durante los momentos de mayor demanda.
Y no olvidemos que la tecnología sigue trabajando para reducir esa variabilidad mediante aprovechamiento de vientos más bajos y predicción meteorológica, además de sistemas de almacenamiento energético gracias a los vehículos eléctricos (sistema V2G).

Personalmente, y desde mi punto de vista de ingeniero técnico (a falta de la lectura del proyecto), me parece triste ver como la gente tergiversa un hecho objetivo a su interés saltándose hasta el más sentido común.

FELIZ AÑO NUEVO!!

2 comentarios:

radiactivo man dijo...

resulta llamativo que también hable este señor de la dificultad de gestionar la producción eléctrica de los parques eólicos cuando, precisamente, las centrales nucleares españolas tienen una escasísima capacidad de regulación, es decir, que o trabajan al 100% o no trabajan, y claro, como parar una central nuclear cuesta mucho dinero, la única opción que tienen ante momentos de baja demanda es conectar bloques de resistencias para convertir la electricidad "sobrante" en calor.

A este señor, como a tantos dependientes de la energía nuclear, les jode (y perdón por la expresión) que en cada punta de generación eólica sale a relucir la incapacidad de las centrales nucleares de regularse en función a la demanda existente.

así de fácil y sencillo, y que no vengan con otras historias porque no nos las creemos.

Gerardo Pedros dijo...

Tienes mucha razón Joselillo. Además Francia lo que buscó con tanta central nuclear es convertirse en una potencia atómica.
Tienen en Francia y Belgica que tener las autopistas iluminadas de noche para gastar la electricidad de las centrales nucleares.