domingo, 25 de enero de 2009

La eólica al poder

En estos días de temporal de frío y viento, el consumo de electricidad se dispara ante un incremento sustancial del uso de las calefacciones en las viviendas.
Pero también la inyección de energía que las centrales eólicas están llevando a cabo es digna de mención.
Según REE, el pasado día 22 de enero, la potencia inyectada por los aerogeneradores al sistema eléctrico peninsular se situó en el 41% de total.
De toda la energía generada ese día, el 26% procedió del viento, lo que la posicionó como la tecnología que más energía eléctrica generó, por delante de la cogeneración, nuclear, térmica de carbón e hidroeléctrica.
Consultando las curvas de demanda y la aportación de cada tecnología de generación en cada momento podréis verificar como cada día, nuestra electricidad es un poco más limpia, y que podemos y debemos cambiar muchos malos hábitos actuales para lograr un menor impacto negativo sobre nuestro planeta a la vez que seguimos avanzando en calidad de vida.
Recordad que tenemos la obligación de dejarle a nuestros hijos y nietos un planeta donde poder vivir y disfrutar al igual que nuestros abuelos hicieron con nosotros.



Entre esos malos hábitos están dejar luces encendidas en habitaciones que no se están utilizando, poner demasiado elevada la calefacción en lugar de ponernos ropa adecuada a la temperatura exterior, utilizar luces y electrodomésticos de poca eficiencia energética,...
También debemos exigir con la misma contundencia que si de los sistemas de seguridad de su vehículo se tratara, que nuestra vivienda tenga unos aislamientos térmicos de calidad que nos permitan ahorrar energía (y dinero, no lo olvidéis) tanto en invierno como en verano.
Otro concepto que debemos asumir es que un tejado sin paneles solares (fotovoltaicos o térmicos) es un tejado desaprovechado. Además, aquellos tejados que disponen de este tipo de equipos logran reducir la trasmisión de energía calorífica a la vivienda, lo que en nuestra calurosa ciudad es un valor añadido para el verano.

En muchas de las ocasiones, estas mejoras e inversiones tienen una rentabilidad económica a medio o largo plazo, pero hay que mirar más allá del € y pensar que el ejemplo que se está dando a nuestros hijos será una inversión que nuestros nietos nos agradecerán.

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